¿La sintaxis impide ver el frondoso bosque de la Didáctica de la Lengua?

En pleno proceso de reflexión sobre contenidos y metodologías a causa del confinamiento, esta semana hemos asistido a un prolífico debate entre docentes de Lengua que rescata uno de los frentes que ofrecen mayor heterogeneidad en cualquier claustro: el valor de la sintaxis en el currículo.
El enfoque del tratamiento de sintaxis es el punto discordante entre los docentes de Lengua. A tenor del -cada vez- menor peso que tiene la sintaxis en las pruebas finales de etapa y de acceso a la universidad, sigue acaparando un tiempo significativo en el día a día en las aulas, relegando a un segundo plano otros aspectos de la Didáctica de la Lengua y la Literatura (DLL) como la comprensión lectora, la producción textual o la oralidad.
¿Qué se persigue cuando se trata la sintaxis en Secundaria?
Podríamos buscar soluciones que contribuyan a que el alumnado de esta etapa adquiera las habilidades para comprender y producir textos a través de la sintaxis. De esta forma podríamos afrontar una preocupante tendencia que lleva al uso críptico e inconexo en muchos de los enunciados, tanto en contextos formales como informales:
Pero, como muestra Fernando Trujillo, profesor de Didáctica de la Lengua de la Universidad de Granada, la perspectiva con la que se trabaja la sintaxis en el aula de ESO y Bachillerato parece estar más centrada en analizar oraciones enrevesadas en las que se concatenan sintagmas difícilmente presentes en el lenguaje empleado por nuestros estudiantes.
Profes de lengua, a ver qué os parece esta oración (examen 1º Bachillerato): “Una locutora de radio, que conocí ayer, me comentó que, cuando comenzó a trabajar, la obligaron a desprenderse de su timidez al hablar en público”.
— Fernando Trujillo (@ftsaez) May 21, 2020
¿Es esta oración un ejercicio de sintaxis normal?
Este debate no sólo se encuentra presente en el ámbito del Bachillerato, donde se presupone que los alumnos gozan de un bagaje y experiencia a lo largo de los años previos de ESO. Toni Solano, director del IES Bovalar de Castelló de la Plana, apuntaba una práctica habitual en un libro de texto con un ejemplo de 2º ESO:
Primera dificultad: en la primera oración muchos alumnos pondrían «cerrada» como complemento de «días»; es una trampa, claro, pero más trampa aún tener que explicar la función real de cada palabra:
— Toni Solano 📌 🏠 (@tonisolano) May 15, 2020
Y el debate continuaría si realizamos el mismo proceso en los últimos cursos de Educación Primaria. ¿Qué valor adquiere el análisis sintáctico de oraciones cuando el grado de abstracción es superior al nivel de maduración cognitivo del alumnado? Los últimos cursos de Educación Primaria y primeros de Educación Secundaria deben percibir la sintaxis como parte del proceso de creación textual, de comprensión lectora así como de estructuración del pensamiento, pero no sufrir para establecer una más que justificada animadversión por la sintaxis y la materia.
Si somos conscientes del valor afectivo de las clases de Lengua, en las que se debe favorecer la expresión oral y escrita, situar la sintaxis como el rival natural en la DLL es erigir un muro que será insalvable -anímica y afectivamente- para el alumnado. Podemos situar la didáctica estructuralista en el centro del proceso sin renunciar a la creatividad lingüística ni al desarrollo multidimensional de la Didáctica de la Lengua. Quizá sea el momento de reflexionar y hacernos una pregunta,