Modismos deportivos en castellano

La influencia que ejerce el deporte en nuestro modo de comunicarnos es constante. A los vocablos de origen foráneo, hemos de añadirle un buen grupo de modismos o expresiones que, teniendo su origen en el ámbito deportivo, han calado en el lenguaje habitual fuera de su contexto originario.
Del ámbito del balompié, utilizamos expresiones como estar en fuera de juego cuando estamos desubicados; cuando nos pillan por sorpresa, encajamos un gol por la escuadra; sacamos tarjeta roja ante una idea, comentario o chiste que no consideramos lo suficientemente bueno; pero en cambio, cuando queremos alabar a a alguien le hacemos la ola antes de que cuelgue las botas, es decir, que se retire; si alguien se queda a las puertas o casi consigue algo, tira al palo, lo que puede provocar que pase a no ser importante y chupe banquillo.
Los deportes de contacto nos ofrecen otro ámbito importante de léxico y semántica. Así, cuando una persona tiene cierta relevancia dentro de un grupo o una institución, es un peso pesado al que no conviene tener contra las cuerdas porque es capaz de noquearnos mucho antes de que alguien pueda tirar la toalla por nosotros. Si la toma de decisiones es compleja, recurrimos a la esgrima para situarnos entre la espada y la pared, aunque estemos disputando de tú a tú un intenso duelo, lo que es lo mismo que tener las espadas en todo lo alto. En ocasiones hemos de pedir un descanso para coger aire, lo que se hace pidiendo tiempo muerto, no sea que nuestro oponente se pegue un farol o se la juegue de tres antes de rebotarse se no consigue su propósito.
Otros deportes, no menos importantes, nos dan pie al juego mental. Entre ellos, los juegos de naipes y el ajedrez cobran protagonismo. Si alguien no quiere cambiar su punto de vista se enroca con gran facilidad, pese a que se un as (el mejor). Si pasa a la ofensiva, puede darnos jaque o jaque mate, siempre y cuando la contienda no acabe en tablas. Si. por el contrario, nuestro oponente acierta plenamente, decimos que da en el blanco, que siempre va a ser mejor que ir de farol porque nos va a engañar.
Los deportes náuticos nos recuerdan nuestros orígenes multiculturales de fenicios, griegos, cartagineses, romanos y árabes. Cuando nos va todo según lo deseado decimos que todo va viento en popa, aunque hayamos tenido de trasluchar para superar alguna adversidad. Si tenemos el viento a favor, siempre será más fácil coger el timón de la situación y poder llegar a buen puerto. Si no es así, no nos quedará otra que pasar por el aro gimnasta, digerir el revés tenístico y marcharnos al tercer tiempo.
Recuerda que la adquisición del lenguaje es un proceso que no es fugaz, sino que es una maratón que se consigue a lo largo del tiempo y la práctica. Esa misma que nos puede presentar una camino plagado de obstáculos que hemos de saber superar sin correr como pollo sin cabeza.